ODA A LA CASA ABANDONADA
Esta es la despedida que yo he elegido para una casa que acogió mis juegos de niña. A pesar de su decadencia puedo ver lo que me gustó entonces, y lo que de distinta manera me gusta ahora.
Para los que me conocéis, sabéis que las texturas me chiflan...
"A todos
los vio partir,
ya está la casa cerrada,
no hay nada más que decir.
ya está la casa cerrada,
no hay nada más que decir.
El
viento viene a gemir
en la pared agrietada:
a todos los vio partir.
en la pared agrietada:
a todos los vio partir.
Ninguno
suele venir,
ni nadie les dice nada:
no hay nada más que decir.
ni nadie les dice nada:
no hay nada más que decir.
¿Por
qué entonces acudir
hasta la puerta arruinada?
A todos los vio partir.
hasta la puerta arruinada?
A todos los vio partir.
Es
inútil discurrir
donde no se sabe nada:
no hay nada más que decir.
donde no se sabe nada:
no hay nada más que decir.
Sólo
hay ruina amontonada
en la casa abandonada.
A todos los vio partir,
no hay nada más que decir".
en la casa abandonada.
A todos los vio partir,
no hay nada más que decir".
Edwin
Arlington Robinson (1869-1935).
Una entrada muy evocadora.
ResponderEliminarGenial el poema introductorio (y a la vez despedida).
Muchas gracias Ana!!. Es una entrada con mucha nostalgia en el trasfondo... Me alegra mucho que te guste... ;-) <3
EliminarQuiero ver esa casa! ....
ResponderEliminarups!!, pues...me temo que ya es tarde!!. Tendrás que conformarte con las fotos que realicé!!. Sorry... ;-)
EliminarSe siente tu energía en cada fotigrafìa, tu esencia. Felicidades Susana!!!
ResponderEliminarohhh...que me digas eso me hace muy feliz!!!!!!. Muchas gracias Raquel!! <3
EliminarMe gusta mucho, Has hecho un pequeño homenaje a tus recuerdos...parece un corto muy cinematográfico....
ResponderEliminareso pretendía...y quería destacar especialmente las texturas, esa luz especial que tiene la casa... Gracias por tu comentario!!
EliminarPreciosas fotografías... Me gustan sobre todo la del final del pasillo en penumbra y la de la lámpara de pared.
ResponderEliminarSiempre he pensado que el encanto de los lugares abandonados radica precisamente en esos pequeños detalles, aquí y allá, que nos recuerdan que una vez estuvieron habitados y que nada dura para siempre... La nostalgia de lo que hemos perdido nos hace valorar más lo que todavía tenemos.
Un abrazo muy fuerte